La transparencia y la equidad son fundamentales en cualquier examen. Ahora que se acerca la primera prueba de las oposiciones al Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, la OEP 2024, con examen fijado para el 2 de febrero de 2025, hay quienes se preguntan sobre el uso de inhibidores y los casos de trampas con pinganillos. ¿Cómo afectan estos factores al opositor que sí realiza adecuadamente la prueba?
En este contexto, la OEP 2023 del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, realizada en febrero de 2024, evidenció algunas irregularidades relacionadas con el uso de dispositivos electrónicos como pinganillos y móviles, generando desconcierto entre los opositores.
Trampas detectadas en el examen de 2024
Durante esta convocatoria, dos pinganillos y diez móviles no apagados fueron localizados entre los opositores. En un caso concreto, la voz del pinganillo llegó a escucharse en alto, lo que llevó a la expulsión inmediata de la candidata implicada. Estas situaciones no solo vulneraron las normas, sino que también afectaron la concentración del resto de los aspirantes.
El problema se agravó debido a retrasos en el inicio del examen, que duró el doble del tiempo previsto, facilitando que algunos opositores accedieran a sus dispositivos móviles en el descanso, mientras que otros no pudieron. Ante esto, los principales sindicatos de prisiones pidieron medidas más estrictas para evitar infracciones similares en futuras convocatorias.
Pinganillos e inhibidores: ¿qué soluciones están sobre la mesa?
Una de las principales propuestas ha sido la instalación de inhibidores de frecuencia para evitar el uso de dispositivos electrónicos. Sin embargo, según la legislación española, desde el 29 de junio de 2022 “no están permitidas la importación, comercialización, publicidad, instalación, tenencia, puesta en servicio o uso de inhibidores de frecuencia en territorio español”.
Como alternativa, se plantea modificar los modelos de examen, de modo que las preguntas y respuestas varíen en orden según el formato (A, B, C…), algo que ya se utiliza en otros procesos selectivos. Esta solución es más económica y práctica, además de haber sido bien acogida por la Administración.
En esta línea, los sindicatos han solicitado que los opositores que hagan trampas sean excluidos temporal o definitivamente de futuros procesos selectivos, endureciendo así las consecuencias de este tipo de conductas.