El mundo de las fugas carcelarias ha cautivado la imaginación de muchas personas a lo largo de la historia. En España, no faltan ejemplos de fugas que han dejado una huella indeleble en la memoria colectiva. Estas historias de audacia y determinación han sido el tema de conversación en innumerables ocasiones, y siguen siendo recordadas como episodios notables en la historia penitenciaria del país.
Debemos decir que la inmensa mayoría de fugas carcelarias que se producen en nuestro país tienen lugar aprovechando permisos de salidas y traslados, por lo que no es debido a falta de profesionalidad y diligencia de los funcionarios de prisiones. Pero aún así, podemos enumerar algunas fugas épicas.
1. La Fuga de “El Lute”:
La historia de Eleuterio Sánchez, conocido como “El Lute”, figura en la lista de fugas famosas. En Nochevieja de 1970, mientras cumplía condena por robo y homicidio, logró escapar de la prisión de el Puerto de Santa María. En este caso, el Lute y más reos excavaron un agujero (de 60cm) a través del cual se colaron hacia el tejado del comedor y luego se deslizaron alrededor del muro usando un cinturón elaborado por sábanas. Únicamente el Lute pudo fugarse, aunque resultó herido.
Sobre la una de la mañana, cuando el alcohol ya hacía estragos entre los presos, comenzaron a abrir hueco en la pared, protegidos por los sonidos del jolgorio, las carracas y los cánticos del resto. Pasaron 4 horas hasta que la última piedra de ese muro dejó entrever un patio interior desde el que podían observar la garita de seguridad en la que uno de los vigilantes leía un libro, sin darse cuenta de nada.
Alrededor de las cinco de la mañana del primer día de 1971 los cinco hombres lograban acceder al tejado. Lanzaron una cuerda que quedó enganchada en los muros de enfrente y, sin la seguridad de que aguantaría el peso humano, Eleuterio fue el primero en probar. La cuerda no aguantó el peso y El Lute cayó unos metros rompiendo unos cristales que causaron un estruendo que alertó a los centinelas. Rápidamente comenzó un tiroteo hacia Eleuterio, logró alcanzar la parte exterior del muro, donde quedó por un momento a salvo de los disparos, y ahí decidió saltar los cinco metros que le separaban del suelo. En la caída se torció un tobillo, pero aun así comenzó a correr hacia la noche sin rumbo fijo, logrando escapar.
Durante su tiempo en libertad, El Lute se convirtió en un personaje mediático y una figura polémica. A pesar de que lo pillaron, su historia inspiró películas y canciones que narraron su vida y escapadas.
2. Maniobras de suplantación de identidad
Uno de los reos se intercambió con su hermano en el año 2013, dentro de la prisión Modelo de Barcelona, aprovechando su parecido físico.
El preso proveniente de Pakistán, decidió aprovechar que su hermano lo visitó para intercambiar su ropa, de manera que, al terminar la visita, el reo salió a través de la puerta principal mientras su hermano permanecía en el interior de la prisión.
Aunque el parecido físico fue un aspecto decisivo en el éxito que supuso esta maniobra de fuga, los nervios acabaron traicionando al hermano por lo que los guardias de seguridad pudieron percibir la suplantación. Y pese a que el suplantador confesó todo, sólo 10 minutos, fueron suficientes para que el verdadero reo lograra escapar usando el transporte público de la ciudad condal.
De igual modo y en el año 1983, otro preso logró fugarse de la cárcel de Carabanchel, ubicada en la ciudad de Madrid, al intercambiarse con su hermano gemelo. En este caso, el gemelo consiguió darle a su hermano suficiente tiempo para que la fuga tuviera éxito después de fingir sorpresa al pasar por el control dactilar de seguridad.
Y, la pregunta es… ¿qué creéis que pasó con el que se quedó dentro?: ¿cumplió la pena por su hermano?, ¿fue liberado?, ¿estuvo un tiempo en prisión?…
3. La fuga de prisión más popular de ETA
Se le conoce como la fuga de Segovia. El día 5 de abril del año 1976, 24 presos de ETA Militar y 5 de MIL, FRAP, PCE y FAC, es decir, un total de 29 reos se fugaban de la cárcel de Segovia a través del colector de las aguas fecales al cual lograron llegar después de cavar un túnel que les tomó algunos meses.
Encontraron una habitación ciega tras la pared de los retretes y empezaron a cavar, así varios de los reos picaban la pared mientras el resto hacía ruido para asegurarse que ninguna otra persona pudiera notar lo que hacían; el túnel terminaba en el sistema de alcantarillado, el cual a su vez llegaba hasta un área industrial en la cual se encontraba esperándolos un grupo externo de la banda.
4. La fuga del narcotraficante en el hospital de La Línea
El 7 de febrero de 2018 un grupo de encapuchados irrumpió en Urgencias del Hospital de La Línea de la Concepción (Cádiz) y liberó a una persona detenida momentos antes por la Policía Nacional por su presunta relación con el narcotráfico. En 20 segundos abandonaron el hospital con Samuel Crespo, el detenido.
La tarde del 6 de febrero de 2018, Crespo sufrió un accidente de moto durante una persecución policial iniciada tras saltarse un control en el barrio linense de El Zabal. Durante la huida, el delincuente se cayó del vehículo en el que circulaba. En ese momento, los agentes consiguieron detenerlo.
Sobre él pesaban tres órdenes de detención e ingreso en prisión debido a que, durante un permiso penitenciario anterior, no había vuelto a la cárcel. Le restaban aún por cumplir más de dos años de condena. Tras el accidente de moto, los agentes lo llevaron escoltado hasta el hospital de La Línea porque presentaba distintas heridas, aunque su vida no corría peligro.
Una vez allí, mientras se encontraba en la sala de curas de Urgencias, en torno a una veintena de encapuchados se personaron en el centro hospitalario para liberar al detenido. Lo hicieron de manera violenta, con palos y navajas, dando empujones y manotazos a pacientes y personal sanitario.
Los policías que acompañaban a Crespo no abrieron fuego para evitar que la situación empeorara. Entre gritos de los testigos, el arrestado y sus compinches se marcharon en varios vehículos que aguardaban en la calle.
Aquí tienes el vídeo del momento.
5. La fuga de “El Piojo”:
Quizá Jonathan Moñiz, “el Piojo”, no llegue a ser tan famoso como Eleuterio Sánchez, “el Lute”, pero sí engrosará la corta lista de presos que han protagonizado una fuga épica de cárceles españolas, porque la mayoría de los huidos han preferido aprovechar permisos o visitas médicas antes que serrar barrotes o saltar muros.
“El Piojo” y su hermano Miguel Ángel protagonizaron en la cárcel madrileña de Valdemoro una de las fugas más increíbles de los últimos años. Después de que un funcionario les dejase las llaves un día para que abrieran el cuarto de maletas, ellos aprovecharon para hacer un dibujo de esa llave, después del dibujo hicieron un molde y con el molde fabricaron una ganzúa que les sirvió para abrir el cuarto de maletas ese día y salir por una ventana, después de pasar meses serrando los barrotes. En ese momento, sucede otra cosa increíble y es que uno de ellos lanza la mochila hacia arriba siete metros y medio con tal suerte y con tal pericia que la mochila queda acoplada en la concertina; y además de la mochila sale una liana de sábanas que se desprende una vez que está sujeta ya a la concertina por la que escalan y escapan.
6. Fugas efímeras de centros penitenciaros
Una de las fugas más cortas fue en Melilla y la alegría de estar de nuevo en la calle le duró poco al huido. Quiso compartir su gesta y no se le ocurrió otra mejor forma de hacerlo que relatarla en un vídeo que llegó a hacerse viral. “He salido por la puerta despacito, a darle un beso a mi madre”, decía el joven fugado en el vídeo, en el que enseñaba los restos del tajín que se había comido. No le costó mucho a la Policía Nacional dar con él en el barrio melillense del Rastro. Diecisiete horas más tarde volvía a la trena.
Estas fugas carcelarias, independientemente de su resultado final, han dejado una impresión duradera en la sociedad española. Aunque algunos de estos fugitivos lograron escapar temporalmente, la mayoría fue finalmente recapturada. Estas historias destacan la creatividad y el ingenio humanos cuando se trata de buscar la libertad, así como el desafío constante que supone mantener la seguridad de las prisiones en todo el mundo.